«No se respeta a la profesión, somos titulados superiores y nuestro trabajo es mucho más que meter un documento en una caja» son las palabras con las que se expresó Argelia Camino presidenta de la Asociación de Archiveros de Canarias acerca de la marginación actual en la que se encuntra su gremio.
Los archiveros de la región se sienten abandonados, debido a la falta de reglamentación de la ley 3/90 la cual regiría dicha actividad, y que deja un vacío legal. Denuncian casos en que el trabajo de los archiveros es «deprimente» como en el caso del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria.
Dicen que como el trabajo del archivero es «invisible», o sea que el ciudadano común no lo ve, no es por lo tanto rentable, y por eso la falta de interés hacia ellos. El gremio ha levantado la voz luego del cierre parcial de El Museo Canario, y piden a la administración que s ehaga responsable de la custodia, documentación y servicios en la materia.